Apenas queda una semana para el largo viaje
vamos a dejar atrás esta ciudad soñolienta
sus gaviotas y su tibio olor a basura quemada
(un clásico del verano valenciano)
en el camino encontraremos grandes cosas
llenaremos nuestras cestas de queso y pan
hablaremos sin descanso hasta el amanecer
A la vuelta habrá que arreglar algunos asuntos
ya no habrá más autobuses amarillos
empezar de cero, quemarlo todo
después, la reconstrucción y el amor cósmico
hará falta paciencia y mucha voluntad
pero creo en las transformaciones
el verano hará madurar estos frutos extraños
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